El acero pone en jaque la reactivación del PIB y el empleo en Colombia

Para la construcción de vivienda se encareció 40% en el último año. Algunos proyectos de interés social se han abortado porque las cuentas no dan.

Bloomberg Línea
17 de septiembre, 2021 | 07:00 AM

Bogotá — Muchas veces se ha dicho que desde el sector de la construcción se quiere darle a la economía el impulso que necesita para consolidar su recuperación en este y el próximo año.

La construcción de vivienda en especial se espera que ayude a dinamizar la actividad económica, no sólo por lo que implica su adecuada evolución, sino por los encadenamientos y efectos positivos que genera en otros sectores de la economía.

Sin embargo, el encarecimiento de los insumos claves de la construcción de vivienda está sembrando las dudas de si este estará en capacidad de inyectarle a la economía el impulso que esta requiere para consolidar su reactivación tras la pandemia.

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Hay que recordar que en 2020 la economía en Colombia se derrumbó un 6,8% y que para este año el Gobierno proyecta una expansión del 6%, pero analistas y entidades multilaterales han manifestado que el aumento del PIB en 2021 puede ser incluso del 8%.

En general los materiales para la construcción de vivienda se han encarecido en un 8,21% este año, pero un 10,36% en los últimos 12 meses.

Los hierros y aceros, claves para el sector, han aumentado de precio en un 29% este año y un 40% desde septiembre del 2020.

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Sergio Olarte, jefe de investigaciones económicas del Scotiabank Colpatria, asegura que “hemos visto por un lado que los costos agregados de la construcción de vivienda han subido cerca del 8%, y por el otro, que los precios de la vivienda nueva han aumentado en alrededor del 4%. Eso ha hecho que los constructores pequeños se hayan visto complicados para los proyectos que diseñaron, porque, por ejemplo, hicieron sus cuentas con unos costos y determinado número de apartamentos. Vendieron el proyecto y a la hora de construir vieron que los costos eran mucho mayores y tuvieron que abortar el proyecto”.

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Sin embargo, hay que decir también que los constructores han reportado ventas récord durante el 2021, y esperan terminar el año con crecimientos muy significativos.

De acuerdo con el sistema de información de Camacol, Coordenada Urbana, la comercialización de vivienda nueva durante lo corrido del año a julio fue de 133.419 unidades (92.759 viviendas VIS y 40.660 No VIS) lo que representa un incremento del 38,2% frente al mismo periodo de 2020.

Así mismo, los inicios de obra han mantenido una senda positiva de recuperación y en lo corrido de 2021, 100.535 unidades de vivienda iniciaron su construcción, según Camacol.

Para la presidenta Ejecutiva de Camacol, Sandra Forero Ramírez, “estos resultados son muestra de los atributos sociales y económicos de la vivienda, el mayor activo de inversión en el país, el principal vehículo de ahorro y fortalecimiento patrimonial de los hogares, el motor para mover la mitad del aparato productivo durante su fase de construcción, fuente en generación de empleo y la base fiscal de los municipios”.

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Pese a las proyecciones del gremio constructor, lo cierto es que el encarecimiento de los insumos no es un tema de ahora. La pandemia encareció los costos del transporte por barco, los fletes marítimos pasaron de US$2.000 y US$3.000 a ser de US$8.000 y US$11.000 en los momentos más dramáticos de la pandemia.

Así mismo, esta semana Bloomberg News informaba que el aluminio alcanzó los US$3.000 la tonelada en Londres por primera vez en 13 años en medio de expectativas de que las interrupciones de suministro están aquí para quedarse, mientras tanto, la demanda sigue en aumento.

Los productores chinos recibieron el lunes un nuevo golpe cuando Steelhome informó que la provincia de Yunnan, una de las productoras de aluminio más grandes de la nación asiática, impondrá restricciones de producción a partir de este mes en un esfuerzo por cumplir con las metas de reducción de intensidad energética. Las fundiciones en la Unión Europea también enfrentan costos crecientes con créditos de carbono e insumos de energía en niveles récord, dijo Goldman Sachs Group Inc.

“En China y cada vez más en la UE, el riesgo político para el suministro de aluminio está creciendo”, dijeron analistas de Goldman, incluído Jeff Currie en una nota publicada el lunes por Bloomberg News.

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Pero no todo es malo, si bien los precios se han incrementado a lo largo de este año y del 2020, las proyecciones del Banco Mundial sobre materias primas indican que en 2022 corregirían a la baja.

El pink sheet de la entidad multilateral muestra que para el 2022 se está esperando una disminución fuerte en los precios del hierro y el acero que pasarían de US$135 a US$100 por tonelada métrica dado que se espera que Brasil y Australia puedan incrementar su producción.

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Lo mismo sucede con el cobre que se cree que puede bajar desde los US$8.500 por tonelada métrica a los US$7.500 en el 2022.

Todos estos indicadores llevan a Andrés Langebaek, jefe de investigaciones económicas del Grupo Bolívar, a pensar que sí hay un cuello de botella en los costos de la construcción de cara a las expectativas que hay con ella en la economía. “”sí, en particular en el caso de la vivienda de interés social. Hay que tener en mente que la VIS se vende en salarios mínimos. Para ese segmento el incremento en costos es muy dañino porque el precio de venta se fija por el salario mínimo y no por la estructura de costos, en la No VIS es más fácil trasladar el precio de costos al consumidor final. Afecta la demanda, pero se puede hacer, mientras que en la VIS es más complicado porque es un precio controlado y hay proyectos que se han tenido que abortar”.

No obstante, pese a que hay proyectos que se han caído por el encarecimiento de los costos de la construcción, Langebaek cree que no necesariamente se deberá ver afectado el mercado laboral. “Hay que tener presente que el Gobierno tiene definidos unos subsidios para empleados de cierto nivel salarial y entre los 18 y 28 años, entonces si bien hay un encarecimiento de los costos para construir, también hay un alivio importante en esos costos salariales y por eso no necesariamente tendríamos que ver afectado el nivel de empleo”.

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De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística Dane, en el sector de la construcción hay 1,36 millones de ocupados en Colombia, esto es 10 mil más que en julio del año pasado cuando eran 1,35 millones. No obstante, si se compara con los niveles prepandemia, cuando había 1,46 millones de ocupados el saldo es de 100 mil empleos por reponer por cuenta de la pandemia.

Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo sostuvo que “indudablemente hay un riesgo de que el aumento de los precios de las materias primas esenciales para el sector de la construcción ponga en peligro la recuperación del sector que es fundamental, no sólo para la actividad productiva sino para la recuperación del empleo, pero eso va a depender de qué tan permanentes son estos aumentos de precios en los insumos”.

Así mismo, manifestó que “en la medida que sean efectos transitorios y que se pueda volver a un abastecimiento de materias primas a precios más razonables, de prepandemia, pues el efecto no será tan grande. En la medida en que permanezcan los aumentos de precios pues habrá una posibilidad de disminución en la rentabilidad del sector y por ende a reducciones por la oferta, de iniciaciones de construcción”.

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Lo cierto es que la recuperación del mercado laboral será definitiva para muchas cosas hacia adelante. Ya el gerente del Banco de la República explicó días atrás en Bloomberg Línea que el nivel de las tasas de interés en Colombia deberá estar conciliado en dos frentes, por un lado, que mantenga el impulso de la economía, y por otro, que evite el desanclaje de las expectativas de inflación.

Por ahora, el mercado está convido de que en septiembre la Junta del Emisor se inclinará por una subida de 25 puntos básicos, y para el final del año está viendo un incremento de 75 puntos base hasta el 2,50%.