Salario mínimo en México pierde poder adquisitivo por alta inflación

La Conasami señala que pese al avance de la inflación, el salario mínimo todavía mantiene poder de compra frente al alza en precios.

La Conasami señala que pese al avance de la inflación, el salario mínimo todavía mantiene poder de compra frente al alza en precios.
04 de octubre, 2021 | 05:05 AM

Ciudad de México — El salario mínimo en México, que se ha caracterizado por ser de los más bajos en América Latina, ha perdido en siete meses casi la mitad del poder adquisitivo que ganó al inicio del 2021 debido a las presiones inflacionarias originadas por alzas en precios de materias primas y cuellos de botella en la producción global.

La inflación está restando poder de compra al salario mínimo con todo y que para este año el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador impulsó un aumento de 15% al minisalario que entró en vigor en enero, a fin de beneficiar a los trabajadores de más bajos ingresos.

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El salario mínimo general inició el 2021 con un incremento de 15%, lo que implicó subir el mínimo de 123.22 a 141.70 pesos diarios, que equivale a 4,310 pesos mexicanos mensuales, sin embargo, un estudio de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) muestra que, al mes de julio, el salario mínimo reportó un aumento anual del poder adquisitivo de 8,7%.

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Lo anterior implica que, entre enero y julio de 2021, el salario mínimo perdió casi la mitad del poder de compra que ganó al inicio del año, no obstante, la Conasami apunta que, pese al avance de la inflación, que en julio tuvo un nivel de 5,8% anual, el incremento que registró el salario mínimo en ese mes todavía está por arriba del dato de la inflación.

Banco de México (Banxico) espera que la inflación general cierre en 6,2% en 2021 y que hacia el tercer trimestre del 2022 baje a 3,5%, un nivel que ubicaría a la inflación dentro del rango meta de 3% más o menos un punto porcentual.

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Los trabajadores de más bajos ingresos son los que resienten más el impacto de la inflación en los salarios.

De acuerdo con datos de INEGI, se estima que las personas que ganan el salario mínimo destinan 40% de su ingreso a la compra de alimentos y bebidas, un rubro de gasto que ha sufrido alzas en sus precios en los meses recientes, en contraste, las personas con ingresos superiores al salario mínimo destinan 36% de su ingreso a alimentos y bebidas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, al segundo trimestre de 2021 existen 14,228,426 de personas que ganan hasta un salario mínimo, lo que representa 25.7% de la población ocupada.

Los salarios contractuales, que son los que negocian empresas y sindicatos, también han sufrido pérdida de poder adquisitivo durante 2021, aunque en menor proporción que el salario mínimo.

De acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo, entre enero y agosto de 2021 esos salarios han perdido -0,21% de poder adquisitivo, una cifra que si bien es baja comparado con el salario mínimo, llama la atención que los salarios contractuales durante 2020 y 2019 no perdieron poder de compra.

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Carlos Ramírez, consultor en Integralia, dijo que los salarios nominales antes de la pandemia y del brote inflacionario habían estado creciendo razonablemente rápido y presentaban incrementos importantes en 2019 y 2020 en el contexto de una inflación moderada y controlada.

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“El efecto de tener una inflación alta es que la ganancia real se va mermando y en algunos casos se va a terreno negativo el poder de compra, eso es lo que estamos viviendo, sin embargo, lo que se reconoce es que ha seguido habiendo un aumento del salario nominal considerable”

Estimó que el contexto actual de la inflación en México anticipa que en la revisión del salario mínimo en el próximo mes de diciembre el gobierno federal vuelva a proponer elevar el salario mínimo a doble dígito.

Jesuswaldo Martínez, investigador del Instituto Belisario Domínguez del Senado, dijo que los aumentos recientes en la inflación interrumpen una larga trayectoria de estabilidad de los precios que evitó una mayor pérdida del poder adquisitivo durante algunos años, hasta antes de la pandemia, ello a pesar de que los incrementos salariales no eran significativos en promedio.

“La contención de la inflación si jugó un papel relevante en el poder adquisitivo de salarios, ante la debilidad de la política salarial que no impulsaba con suficiencia las remuneraciones. Los ingresos salariales han tenido una trayectoria larga de deterioro y en ese contexto es factible que los salarios de cotización pierdan mayor capacidad de compra ante la inflación reciente”.