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Bloomberg — La caída de las ventas de propiedades residenciales en China se prolongó el mes pasado luego de que la crisis de la deuda en Evergrande Group de China se extendiera a otros desarrolladores, manteniendo alejados a los compradores.
Las ventas de viviendas por valor cayeron un 16,9% en septiembre con respecto al año anterior, luego de una caída del 19,7% en agosto, según cálculos de Bloomberg basados en datos de la Oficina Nacional de Estadísticas publicados el lunes. La inversión inmobiliaria cayó por primera vez desde el inicio de la pandemia, la cual causó el cierre de sectores de la economía a principios del año pasado. Fue un 3,5% menos que el año anterior, según muestran los cálculos.
La desaceleración del sector inmobiliario es uno de los muchos vientos en contra que enfrenta la economía china, que vio como su crecimiento se ralentizó el último trimestre, según cifras separadas. Los esfuerzos del gobierno para reducir el apalancamiento de los desarrolladores han exacerbado una crisis de efectivo en Evergrande que ahora se está extendiendo a otras empresas, lo que ha llevado a los compradores a pensar dos veces antes de realizar depósitos para viviendas que aún no se han construido.
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“Nadie está comprando nuevas propiedades porque tiene miedo”, dijo Helen Qiao, economista en jefe de la Gran China de Bank of America Corp, en una entrevista en Bloomberg Television. “Así que podríamos ver una mayor caída en la economía”.
La caída de las ventas puede alimentar un círculo vicioso al agravar la escasez de efectivo en los desarrolladores y obligarlos a ofrecer mayores descuentos. Eso, a su vez, podría reducir los precios de las viviendas en un país donde la gente mantiene una gran parte de su riqueza en bienes raíces. Las existencias inmobiliarias de China continental disminuyeron según el informe.
Los compradores de viviendas ya se enfrentan a la amenaza de una caída de los precios después de años de ganancias. Indicadores de crecimiento de precios, construcción de viviendas y ventas se han moderado significativamente en los últimos meses, señaló Moody’s Analytics en un informe reciente. Las ventas de Evergrande probablemente cayeron un 93% en septiembre respecto al año anterior, según un informe de Citigroup Inc. basado en cifras de China Real Estate Information Corp. China tiene programado reportar los datos de precios de viviendas para 70 ciudades importantes el miércoles.
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El banco central de China rompió su silencio sobre la crisis de Evergrande la semana pasada, diciendo que los riesgos para el sistema financiero derivados de los problemas de los desarrolladores son “controlables” y es poco probable que se de un efecto contagio. En una reunión virtual del Grupo de los 30 el domingo, el gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, dijo que los pasivos de Evergrande se repartían entre “cientos” de entidades del sistema financiero, por lo que “no hay mucha concentraicón “.
El gobierno de China ha estado tratando de librar al sector inmobiliario del exceso de deuda, basándose en la noción de que las casas son para vivir y no para especulaciones. Sin embargo, llevar a cabo esa tarea es un ejercicio delicado en un país donde el sector inmobiliario general representa aproximadamente el 23% del producto interno bruto, según estimaciones de Goldman Sachs Group Inc.
Los reguladores han comenzado a flexibilizar las restricciones a los préstamos hipotecarios, una medida que podría ayudar a los compradores primerizos e impulsar las transacciones tras un límite sin precedentes a la exposición de los bancos al sector inmobiliario. Los funcionarios dijeron a algunos de los principales bancos el mes pasado que aceleren la aprobación de hipotecas en el cuarto trimestre, informó Bloomberg la semana pasada.
Los desarrolladores de China se han enfrentado a una ola de rebajas de calificación crediticia y ahora representan aproximadamente la mitad de la deuda en dificultades del mundo, según datos compilados por Bloomberg. Los temores de contagio se intensificaron durante las últimas dos semanas después de un incumplimiento sorpresa por parte de Fantasia Holdings Group Co. y una advertencia de Sinic Holdings Group Co. de que su incumplimiento era inminente.
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