Elon Musk
Tiempo de lectura: 4 minutos

Bloomberg Opinión — ¿De dónde saca sus ideas Elon Musk? ¿Qué intenta conseguir y quién quiere ser? Muchos estamos desesperados por entender al hombre más rico del mundo, cuyo fabricante de vehículos eléctricos, Tesla, vale ahora según la bolsa un billón de dólares. Jill Lepore, historiadora de la Universidad de Harvard, sugiere que Musk fue moldeado por su amor adolescente por la ciencia ficción y la extraña obsesión por la ciencia de su abuelo canadiense.

Joshua Haldeman era un personaje extravagante. Formado como quiropráctico, actuaba en rodeos y buscaba aventuras como arqueólogo y piloto aficionado. Tras emigrar a Sudáfrica con su familia, dirigió una serie de expediciones para encontrar la mítica Ciudad Perdida del Kalahari. Murió en 1974, cuando Elon era aún un niño pequeño, pero una foto muestra que abuelo y nieto tienen un asombroso parecido.

En los años 30, Haldeman lideró la rama canadiense del movimiento tecnocrático, cuando “tecnócrata” significaba algo muy diferente a un político centrista anodino. Entonces era un movimiento uniformado que marchaba bajo el símbolo de la Mónada, o del yin y el yang, con el objetivo de sustituir la democracia por una sociedad dirigida por ingenieros. Según Lepore, la postura política de Haldeman puede haber sido su principal legado a su nieto.

Creyendo que la ciencia y la tecnología podían curar todos los males, Haldeman hizo campaña para que la infraestructura monetaria capitalista fuera sustituida por una nueva moneda universal, basada en una unidad de calor, que se conocería como el erg. Los tecnócratas querían incluso acabar con los precios, pues consideraban que los científicos podían gestionar la distribución en la sociedad mucho mejor que el mercado.

PUBLICIDAD

Tales conceptos parecían peligrosos para el gobierno canadiense, que prohibió el movimiento por su oposición a la Segunda Guerra Mundial. El sistema de creencias se desvaneció con el crecimiento de la prosperidad después de la guerra. Pero ideas similares están inspirando el actual entusiasmo por las acciones meme, las criptodivisas y el hombre que ahora se llama a sí mismo “Technoking”.

Para Lepore, la ideología de Musk parece fluir de estas extravagantes -y anticuadas- opiniones. En palabras de Lepore, su ambición es un “capitalismo extravagante, extremo” incluso “extraterrestre, impulsado por fantasías que provienen de la ciencia ficción”.

En una nueva serie de podcasts, “The Evening Rocket” (El cohete del anochecer), producida por Pushkin Industries en colaboración con la BBC que se lanza este lunes en Estados Unidos, Lepore ofrece su teoría de que Musk es una criatura de la ciencia ficción que devoró en su juventud, gran parte de la cual reflejaba la filosofía tecnocrática de su abuelo. Eso le dio el don de contar historias. Cuando los inversores compran acciones de Tesla, están comprando una narrativa, no una corriente de futuros flujos de efectivo. Esa narrativa se parece mucho a la ciencia ficción de mediados de siglo.

PUBLICIDAD

Lo que Lepore considera preocupante es que Musk parece haber malinterpretado la ciencia ficción que estaba leyendo, algo que, en su opinión, debería preocuparnos a todos. “Mucho de lo que parece inspirarse como si fuera utópico”, me dijo en una entrevista, “era en realidad distópico”.

Gran parte de la ciencia ficción de mediados de siglo pretendía ser una advertencia de cómo la ciencia podría llegar a dominar nuestras vidas. Pero el joven Elon Musk, dice Lepore, encontró emocionante este futuro distópico. Eso es lo que inspira a su empresa SpaceX y su misión de colonizar Marte.

Lepore sostiene que la actual popularidad de Musk y sus ideas, desde la colonización del espacio hasta las criptomonedas, podrían ser un síntoma de una sociedad dañada.

La fiebre por comprar acciones meme como GameStop y AMC a principios de este año fue vista por sus participantes como un golpe a favor de la igualdad y en contra de las élites. Llamándose a sí mismos “simios”, los jóvenes operadores que trataron de quebrar a los fondos de cobertura que habían hecho ventas “short” de esas acciones actuaron como una banda. Muchos de ellos han perdido dinero posteriormente. Las criptomonedas, que han enriquecido a muchas personas ya ricas, también son vistas por sus partidarios como un gran nivelador económico. Sus partidarios esperan que el bitcoin no sólo nos emancipe del control de los bancos sobre el sistema financiero, sino que también rompa el control de los gobiernos, aunque hayan sido elegidos democráticamente.

PUBLICIDAD

La ciencia ficción de mediados de siglo solía tener un mensaje libertario, y hoy esa filosofía tiene muchos adeptos en Silicon Valley y en la comunidad de fondos de cobertura. Pero Lepore sugiere que con Musk, el “Technoking”, está ocurriendo algo diferente. La actitud de los criptoentusiastas hacia el dinero está directamente en línea con la desconfianza y el feudalismo de la Edad Media, cuando los más ricos tenían el poder y la confianza se depositaba en los individuos, no en los sistemas e instituciones. De hecho, la campaña de compra de acciones meme se parecía mucho a una revuelta de campesinos medievales. El futurismo de Musk, en su lectura, refleja una visión anticuada del futuro.

“El cohete del anochecer” es un estimulante viaje a través de la cultura pop, la tecnología y siglos de historia, y aporta una perspectiva sobre Musk que a menudo falta. Sus ideas, concluye Lepore, nacieron en una época de imperialismo y desigualdad.

Es una visión deprimente de una figura que en la actualidad da muchas esperanzas a mucha gente, pero es una perspectiva que debería tomarse en serio. Lepore nos ofrece al menos la perspectiva de que, sea cual sea el camino que tome la historia de Elon Musk a partir de ahora, será un espectáculo. “No vamos a leer su obituario dentro de 50 años y preguntarnos qué fue de él. Será un final como el de una película de gran presupuesto de Hollywood”.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.