:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/ICEHY4CBOJBOHF5EG6FBRQG7MM.jpeg "La oferta en el país va desde cápsulas modulares de 1 metro por 1 metro, que se pueden ubicar verticalmente, hasta otras más especiosas con unas medidas aproximadas de 1.50 metros de ancho por 2.25 metros de largo")
Bogotá — El negocio de los hoteles cápsula ha encontrado terreno fértil en Colombia, en donde las opciones se incrementan en este segmento a medida que más inversiones se realizan en las ciudades principales, según fuentes consultadas por Bloomberg Línea.
Consideradas soluciones de hospedaje relámpago o simplemente más económicas, este tipo de hoteles busca hacerse un lugar en medio de las diversas alternativas que ofrece hoy el país suramericano, que van en la actualidad desde el glamping hasta los hoteles de lujo.
Este modelo tiene sus orígenes en Japón a finales de la década de los 70 y se ha expandido a diferentes mercados a la par con las necesidades de los viajeros para hospedarse por horas o por noches.
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El portal de estadísticas alemán Statista estima que los ingresos del sector de los hoteles cápsula en Japón, mercado pionero, se pueden ubicar en los US$167,4 millones en 2022, desde los US$123,8 millones de 2016.
Además, calcula que el valor de la industria global de este concepto de hoteles se ubicará en US$226 millones en 2022 en el mundo, a medida que más mercados adoptan la tendencia.
“Actualmente este negocio está en auge a nivel mundial, como se trata de uno emergente, existen demasiadas oportunidades para implementarlos, no solo en hotelería, también en vivienda, campamentos temporales, albergues en casos de emergencia, entre otros”, destacó en una entrevista con Bloomberg Línea Álvaro Ovalle, CEO y fundador de Caps Future Rooms, una de las firmas pioneras.
Esa compañía ha construido tres hoteles cápsula en el país y en este momento tiene uno en reubicación, con lo que espera cerrar el año con al menos seis ubicaciones en ciudades como Bogotá, Medellín, Santa Marta y Cartagena.
Caps Future Rooms lanzó su estrategia inicial con una inversión cercana a los $1.300 millones y se ha expandido por medio de socios estratégicos en cada uno de sus hoteles cápsula.
:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/ECPDTPDOUFCMJCGS74K5R2RN34.jpeg "Bogotá es uno de los mercados pioneros del país en este concepto.")
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Esta tendencia gana adeptos entre los viajeros que están en tránsito, por lo que en la Terminal de Transporte de Bogotá, la principal del país, también se inauguraron unas cápsulas de descanso con un concepto futurista, en donde se puede pasar la noche o simplemente tomar una siesta, como lo mencionaron los encargados del proyecto.
Se trata de 14 cabinas con conexión a internet y con puertos USB, así como otras comodidades como ventilación y un modo de luz de lectura. La disponibilidad de estas cabinas son las 24 horas del día y los siete días a la semana.
La oferta en el país va desde cápsulas modulares de 1 metro por 1 metro, que se pueden ubicar verticalmente, hasta otras más espaciosas con unas medidas aproximadas de 1,50 metros de ancho por 2,25 metros de largo.
Estas últimas, indica Álvaro Ovalle, las van a implementar en un tercer hotel cápsula en donde estas incluso vienen equipadas con televisor.
En cuanto a precios, como un hotel tradicional, estos dependen principalmente de la ubicación de las cápsulas y la temporada del año.
Estos pueden ir desde los US$12 la noche en promedio por hospedarse en una de las consideradas cápsulas standard, hasta unos US$18 en las cápsulas dobles.
“Esto que estamos implementando es sencillamente el futuro, la optimización de espacio es fundamental para nuestras próximas generaciones”, indicó Álvaro Ovalle.
En el caso de las cápsulas de descanso en la Terminal de Transporte de Bogotá, las tarifas publicadas en Booking muestran que estas se ubican sobre los US$12,05 para algunas fechas en enero.
Y a medida que las necesidades no solo de hospedaje sino de vivienda aumentan en el país, en ciudades como Bogotá, Medellín y Barranquilla empiezan a popularizarse alternativas de construcción más rápidas, a mejor precio y medioambientalmente amigables como las casas con contenedores, otra modalidad que también gana fuerza.
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