Hongos: ¿por qué Colombia corta las alas a su industria e importa en pleno ‘boom’?

La industria de los hongos en Colombia se viene desarrollando silenciosamente desde hace varias décadas. La oportunidad es grande, pues solo el mercado de hongos comestibles en LatAm podría llegar a los US$6.350 millones en 2030

China es considerado en la actualidad como uno de los líderes globales puesto que domina en cuanto a producción y exportación de hongos silvestres comestibles.
07 de junio, 2023 | 12:01 AM

Bogotá — Colombia ha despertado un gran interés en el campo de la biotecnología y la investigación de hongos debido a su abundante biodiversidad, pero aún se enfrenta a desafíos regulatorios y trabas en la investigación que hacen que este mercado no pueda despegar con el mismo ímpetu con el que lo hizo el cannabis.

Los desafíos del negocio de hongos en Colombia incluyen la falta de regulaciones específicas, la necesidad de permisos para la investigación, dificultades en la comercialización y la limitada percepción de los hongos en la sociedad.

Estos desafíos representan barreras para el desarrollo y crecimiento del negocio de hongos en el país, desde la academia y las empresas.

No obstante, la oportunidad es grande si se tiene en cuenta que únicamente el mercado de hongos comestibles en Latinoamérica podría expandirse a los US$6.350 millones en el 2030, desde los US$4.110 calculados en el 2018, de acuerdo a cifras del portal Statista.

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China es considerado en la actualidad como uno de los líderes globales, puesto que domina en cuanto a producción y exportación de hongos silvestres comestibles.

“Ese tema regulatorio es un problema que tenemos tanto las empresas de base biotecnológica como las universidades, instituciones y los centros de investigación”, dijo en entrevista con Bloomberg Línea la doctora en Ciencias – Química, docente asociada e investigadora del grupo de hongos macromicetos colombianos en la Universidad Nacional, Carolina Chegwin Angarita.

El camino entre la investigación y la comercialización es largo para poder convertir los proyectos en productos comerciales y las empresas suelen invertir miles de dólares en procesos que, según los investigadores, ya han sido demostrados mundialmente.

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Señala que en el país hay barreras incluso para estudiar las especies nativas, sin considerar comercializar, aunque las universidades sí cuentan con un permiso marco que les otorga el Ministerio de Medio Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla).

“Tenemos que tramitar un permiso para hacer recolección de especímenes nativos y tramitar otro tipo si lo que queremos es hacer estudios de bioprospección”, que consiste en hacer la selección y el estudio sobre el potencial uso de cualquier organismo vivo.

Ya en el caso de que se quieran comercializar los productos con especies nativas “es un rollo” y “es un problema aquí en el país”, apuntó Chegwin Angarita, quien hace parte de la Asociación Colombiana de Micología, fundada en 2019.

Aunque matizó que en Colombia ya existe una resolución que permite comercializar productos de base biotecnológica con hongos nativos, “eso no ha pasado del papel”.

Desde la Asociación Colombiana de Micología (Ascolmic) se busca generar una serie de iniciativas para llevar al Congreso esos debates y avanzar en la regulación bajo el lema de las “tres F”, que se refiere a no solo visibilizar el potencial de la flora y la fauna, sino también los fungi, un reino con una exploración muy incipiente en Colombia.

De hecho, en Colombia hay un registro de 7.300 especies de hongos y de estas solo se han estudiado 300, por lo que el potencial es enorme en este país megadiverso.

No se cultivan hongos nativos para producir alimentos, son cepas foráneas por el mismo problema, tanto los investigadores como los fungicultores somos muy cautos en esos temas de comercializarlas porque sabemos que hay una problemática detrás de eso y que por supuesto la reglamentación no nos lo facilita.

Carolina Chegwin Angarita, investigadora

La producción actualmente se concentra en departamentos como Antioquia, Cundinamarca y Valle del Cauca con entre 80-90% de cepas foráneas, principalmente hongos como las orellanas, shiitake, portobello y el champiñón.

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Y actualmente se investigan en Colombia variedades como el ganoderma lucidum (hongo reishi), melena de león, cordyceps y el psilocybe, que comprende unas 350 especies.

Entre las múltiples variedades de hongos los del género psilocybe han cobrado especial atención en los últimos años por sus propiedades alucinogénicas; no obstante, desde la academia se pretende seguir profundizando en su conocimiento.

Precisamente, este es otro de los campos en los que hay potencial para la investigación en mercados como el de Colombia, en donde el desconocimiento de las autoridades frente al potencial de hongos representa una barrera adicional para avanzar en estos temas.

Las autorizaciones que deben tramitarse pasan por diferentes entidades, de acuerdo al uso que se plantee, por lo generalmente intervienen Ministerios como el de Ciencia y Tecnología, Medioambiente, el de Salud o el del Interior.

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Oportunidades empresariales con los hongos

La industria de los hongos en el país se viene desarrollando silenciosamente desde hace varias décadas, enfrentándose a esos obstáculos regulatorios que dificultan el surgimiento de un mercado más amplio y principalmente combatir la desinformación con respecto a los hongos.

Pero a pesar de ello, su crecimiento en los últimos años y el potencial de exportación a mercados internacionales como Estados Unidos son indicativos de un mercado emergente prometedor.

En Antioquia, por ejemplo, la firma Aitia Biotech, con sede en Medellín, Bogotá y la Florida (EE.UU.), se ha enfocado en la producción biotecnológica de hongos hace más de 20 años y viene trabajando en la actualidad con la Universidad Nacional de Colombia y EAFIT para proponer proyectos al Ministerio de Ciencia Tecnología para ahondar en el potencial que existe.

En Colombia hay un registro de 7.300 especies de hongos y de estas solo se han estudiado 300, por lo que el potencial es enorme en este país megadiverso.dfd

Su historia se remonta a 1999 cuando investigadores asiáticos visitaron Medellín para discutir el potencial de Colombia en términos de biodiversidad, específicamente en relación con los hongos.

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Estos hongos, utilizados durante miles de años en Asia para mejorar el sistema inmunológico, nervioso y patogénico, despertaron el interés de estudiantes y profesores universitarios en Colombia.

Sergio Andrés Urrego Restrepo, fundador y CEO de Aitia Bayotec, explica a Bloomberg Línea que se han centrado en producir hongos de forma biotecnológica porque en Asia se venían produciendo de forma tradicional.

Es así que han optado por producirlos en reactores y de forma más estandarizada para hacer crecer no solo la biomasa del hongo, sino también obtener las moléculas que tienen la capacidad de generar beneficios para la salud.

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Esto ha derivado en la producción de diversos alimentos a partir de los hongos, así como materias primas, y en el estudio de múltiples variedades. Incluso, se ha realizado exportaciones pequeñas a Estados Unidos y actualmente se están revisando oportunidades comerciales en Ecuador.

De acuerdo a los investigadores, cada una de las variedades de hongos tiene propiedades específicas que pueden beneficiar la salud humana.

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El ganoderma lucidum se ha asociado a una mejora al sistema inmunológico, melena de león en el sistema nervioso o el cordyceps a la mejora la energía.

Los investigadores en Colombia buscan determinar potenciales usos del psilocybe después de que Australia se convirtiera en el primer país del mundo en permitir el uso de medicamento con psilocibina para tratar enfermedades de salud mental como la depresión en casos en los que en los que no haya mejoría con otros tratamientos.

“El psilocybe está en etapa experimental, todavía no tiene regulación. Desde la década de los 60 es un hongo que está prohibido a nivel mundial porque hubo un ‘boom’ en EE.UU. de tomar psicodélicos, entre ellos el psilocybe y el LSD. Hasta ahora se está hablando del psilocybe de forma un poco más abierta porque la mayoría de Gobiernos no tienen regulado el tema y la idea es que desde las universidades y las empresas se empiece a abrir al camino”, afirmó Urrego.

Colombia no cubre su demanda de hongos

Dado que este sigue siendo un campo por explorar, aún la producción local de hongos no logra cubrir la creciente demanda local, dado que las materias primas son utilizadas por otras compañías en industrias como la de alimentos, suplementos y cosméticos.

Por ejemplo, la materia prima es utilizada por empresas que incluyen el ganoderma lucidum en su formulación, creando un mercado B2B.

Pero como Colombia no logra producir la totalidad de los hongos que se requieren para cubrir la demanda, los expertos indican que también se han venido importado de mercados como China para el consumidor final.

“Hay varias compañías que traen el hongo molido y hasta empacado ya como producto final para revenderlo”, apuntó la investigadora Chegwin Angarita.

En ese sentido, además de investigar los usos potenciales, los investigadores resaltan la oportunidad de cultivar hongos nativos a medida que se abren nuevos territorios para la exploración que estuvieron vedados por el conflicto armado en el país sudamericano.

Consideran que el interés que genera el tema debe estar acompañado por una mejor comprensión por parte de los agentes gubernamentales ante las dificultades que tienen las empresas para mantener los registros y los altos costos asociados a los mismos. Aun así, subrayan que el potencial está dado gracias a la diversidad con la que cuenta al país, a que existe un capital humano capacitado y a los diversos usos industriales que se están explorando en la actualidad.

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